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Lunes 17 de enero de 2022, por
En el epigrama 16 del libro XII de Marcial se lee lo siguiente:
Addixti, Labiene, tres agellos;emisti, Labiene, tres cinaedos:paedicas, Labiene, tres agellos.Vendiste, Labieno, tres campitos;compraste, Labieno, tres maricones;le das por culo, Labieno, a tres campitos.
En ninguna de las ediciones críticas al uso de Marcial, desde la de Friedländer (1886) hasta la de Shackleton Bailey (1990), consta un aparato crítico para este epigrama, lo que podría hacernos creer que el poema en cuestión fue transmitido por los manuscritos sin ningún tipo de discrepancias o problemas textuales.
Nada más alejado de la realidad. Tomemos la siguiente muestra de tan solo 9 manuscritos [1] , incluyendo a algunos de los códices más importantes para la constitución del texto, algunos recentiores y algún que otro eliminandus [2] :
T | THUANEUS (Parisinus latinus 8071) | Siglo IX | Familia A |
V | Vaticanus Latinus 3294 | Siglo IX | Familia C |
X | PUTEANUS (Parisinus latinus 8067) | Siglo X | Familia C |
y | Mediolanensis Ambrosianus C 67 sup. | Siglo XIV | Familia C |
ƒ | Florentinus Mediceus (PLUTEUS) 35.37 | Siglo XV | Familia B |
F | Florentinus Mediceus (PLUTEUS) 35.38 | Siglo XV | Familia C |
v | Vaticanus Latinus 5858 | Siglo XV | Familia B |
P | Vaticanus Palatinus Latinus 1696 | Siglo XV | Familia B |
s | Manuscrito 10098 (BNE) | Siglo XV | Familia B |
Si llevamos a cabo la collatio de estos manuscritos, nos quedaría el siguiente aparato crítico:
Tdeest § 1 addisti ƒy vendisti v tendidisti corr. vendidisti s addixisti X ad dixisti V addixti FP § 2 finisti ƒ emisti vsyXVPF ‖ cinaedos ƒX cynaedos F cynedos vy cinedos sVP § 3 paedicas ƒ pedicas vsyXVPF
Es justo reconocer que al menos las dos últimas variantes no son problemas textuales en sí mismos, ya que el término involucrado no está en duda y se trata tan solo de escoger una grafía. En el caso del tercer verso, paedicas es la lección correcta porque es la que se encuentra más cercana al étimo griego de donde procede el término, παιδικός [3]. En el caso del segundo verso, pasa algo similar: la lección cinaedos es la que se encuentra más cerca de su étimo griego κίναιδος, por lo que debe preferírsela por sobre las demás que, en rigor de verdad, son simplemente grafías más o menos agramaticales, más o menos vulgarizadas por los copistas.
El problema mayor (y más interesante como objeto de estudio) se encuentra en el primer verso. Como puede comprobarse, la forma verbal addixti les provocó grandes dolores de cabeza a los copistas; como puede comprobarse en el aparato crítico de más arriba, fue imposible que tres manuscritos de nuestra muestra lograran un consenso en la lección correspondiente.
Tal desconcierto, sumado a la dificultad que presenta esta forma verbal para ser reconocida e inteligida, determinó, como veremos luego, que cuanto comentario a la obra de Marcial se haya redactado durante siglos trajera, de forma garantizada, algunas líneas para aclarar el sentido de la forma verbal addixti. ¡Y, como hemos observado antes, nada de todo esto figura hoy en nuestros aparatos críticos!
Pero, a final de cuentas, ¿de qué forma verbal se trata? Pues se trata de la segunda persona singular del pretérito perfecto de indicativo del verbo addico, compuesto de ad + dico (“decir”) que, entre otras acepciones, significa “hablar favorablemente de”, “atribuir”, “consagrar” y, lo que nos resulta apropiado para nuestro poema, “vender”. La dificultad estriba en que la forma verbal en cuestión debería haber sido, en realidad, addixisti, como traen los manuscritos X y V (dos de los manuscritos más antiguos de nuestra muestra, por cierto), y no addixti. ¿Qué es lo que ha pasado, entonces?
Ernout (1914:304) nos lo explica: “Dans certaines parfaites en –s– où apparait le groupe –sis– [4] , par exemple misisti, clausisti, le groupe –si– a disparu par haplologie, d’où misti, clausti”. El mismo fenómeno se aprecia también, aunque en forma opcional y alternativa, en los verbos cuya raíz de perfecto termina en –x– [5] ; de esta manera, puede hallarse la forma contracta dixe conviviendo junto con la forma equivalente dixisse (Ernout, 1914:304-5).
Sin desmerecer a Ernout, esto ya estaba explicado por Forcellini en su Totius latinitatis lexicon de 1771, donde el presbítero italiano anota(s.v. addico): “Addixti per syncopen pro addixisti apud Martial. 12. 16.”
En su edición de los epigramas de Marcial, Friedländer (1886:I, 295) anota en el epigrama 22 del libro III, en cuyo verso 4 se encuentra una forma verbal perduxti en vez de perduxisti, que Marcial tiene una cierta predilección por estas formas verbales contractas (“M. hat derartige Formen öfter”), y cita algunos ejemplos, entre los que se encuentra nuestro addixti pero también se hallan surrexti en vez de surrexisti (Epigrammata, V 79, 1) y dixti en vez de dixisti (Epigrammata, VI 30, 2).
Esta información nos permite aclarar y explicar las variantes textuales de los manuscritos. F y P traen la lección correcta, addixti. X y V traen la forma verbal desarrollada, lo cual, aunque aclara por completo el texto, es un error de banalización; lo que demuestra el postulado que afirma que no necesariamente los manuscritos más antiguos traen indefectiblemente las variantes correctas. De hecho, la forma addixisti es doblemente incorrecta, dado que no se adecúa de ningún modo a la métrica del poema. El epigrama 16 del libro XII está en endecasílabos falecios; si tomamos la lección addixti, el verso tiene exactamente 11 sílabas, pero si tomamos addixisti el verso adquiere 12 sílabas y se va de la medida indicada. Esta conveniencia métrica es, evidentemente, una razón de mucho peso para explicar y fundamentar la predilección de Marcial por estas formas contractas de las segundas personas singulares del perfecto de indicativo.
Los manuscritos ƒy traen una grafía agramatical de la forma verbal en cuestión, pero su testimonio nos sirve para fundamentar aún más la elección de addixti: si traen addisti, es claro que no pueden haber leído addixisti.
Por su parte, vs nos traen un error por banalización, dado que explican el sentido del término usando un sinónimo de uso mucho más frecuente que el verbo empleado realmente por Marcial. No obstante, v aún tiene cierto valor, porque con su lección, vendisti, nos confirma la existencia de una forma contracta (que, en el caso del verbo vendo, es agramatical, dado que, al ser un verbo de tema dental, no puede aplicarse en su caso la síncopa por haplología que mencionaba Ernout para el caso del perfecto de verbos de tema silbante; ¿podría tratarse, además, dado el origen italiano del manuscrito v, de una atracción de la forma italiana vendesti?). Por su parte, s brinda la forma tendidisti, lo cual es completamente incorrecto: incluso si se tratara del perfecto del verbo tendo (aunque no se entiende cuál podría ser su sentido en el contexto), la forma es agramatical, dado que tendo hace el perfecto por reduplicación y, por lo tanto, la forma en cuestión debería ser tetendisti. Por tal motivo, el copista tacha la letra capital y corrige por vendidisti.
Un poco más arriba afirmamos que el sentido del verbo addixti fue un tema obligado en todos los comentarios a la obra de Marcial durante siglos. Examinemos, para terminar, esta cuestión. Ya Calderini, en su comentario de 1473, arroja luz sobre el pasaje; y lo hace en estos términos (Pensis, 1498:129v):
Addixti: in eundem ferme sensum est quo in eum qui seruum edit. Hic uendit tres agellos & tandem emit pueros. Addicere: est plus praecii pollicenti aliquid uendere…
Calderini nos da aquí una información importante, que nos permite explicar por qué Marcial empleó aquí el verbo addico en vez de vendo: addicere es “vender algo al que ofrece mayor precio”, lo que apunta a las claras que la venta en cuestión adquiere específicamente la modalidad de subasta pública; éste, evidentemente, es un sentido más específico que el que posee el verbo vendo. La otra información notable que aporta Calderini es la sugerencia de que Marcial ya había usado este verbo con el mismo sentido en otro lado, en “aquel [epigrama] en el que puso en circulación un esclavo”. Calderini no brinda la referencia completa debido al método usual de citación en su época, que consistía en brindar simplemente una referencia alusiva a partir de la cual la memoria del lector supliera la ubicación del texto aludido. ¿En cuál de los más de 1500 epigramas de Marcial estaría pensando Calderini?
Thomas Farnaby es el primer comentarista en brindar explícitamente esta referencia (Schrevelius, 1656:666): se trata del epigrama 31 del libro X, que, exactamente igual que nuestro presente objeto de estudio, comienza por la forma verbal addixti.
Este dato podría aguijonearnos la curiosidad de saber qué traen los manuscritos de nuestra muestra en Epigrammata, X 31. Pues bien, dicha curiosidad arroja el siguiente resultado:
addixisti XVaddixti yFPaddisti ƒaddisti (al. vendisti in marg.) vaddisti corr. vendisti s
Como puede verse, los errores son los mismos y la mayoría de los manuscritos fueron consistentes no sólo en sus lecciones (puntualmente, tanto Xy V como F y P) sino también en su metodología de corrección de errores (s; cfr. fig. 3); aunque también se comprueba que, en este pasaje, los manuscritos tuvieron menos dificultades con la forma addixti que en Epigrammata, XII 16.
Volvamos al epigrama 16 del libro XII y a sus comentarios. Collesso (1680:II, 53) parafrasea la nota de Farnaby. Lemaire (1825:III, 15) reproduce para el primer verso (addixti) la nota de Collesso, y agrega esta interesante nota salida de su propia pluma para el remate del verso 3: “Haud absimilis, licet pudica magis et circa mensae voluptates, gallica haec locutio: Manger ses rentes, manger ses tèrres, pro epulando absumere.” [6] Por supuesto, es evidente que Labieno está dilapidando su renta en pos de la satisfacción de sus apetitos (aunque éstos no son tan gastronómicos como los del adagio francés); pero es interesante observar que la idea persiste y está presente en el habla coloquial de tiempos más modernos.
Bowie (1988:93-95) incorpora las contribuciones anteriores (aunque sin citarlas, y no me consta que Bowie haya tenido a mano ediciones y comentarios anteriores a los de Friedländer) y hace un minucioso análisis del epigrama. Lamentablemente, su comentario al libro XII, elaborado como tesis doctoral, no está publicado.
En conclusión, como pudo comprobarse, el examen del texto de un pequeño epigrama de tres versos nos permitió descubrir (y aprender) interesantes cuestiones gramaticales, estilísticas y codicológicas de las que no hay rastro alguno en ninguna de las ediciones críticas modernas de Marcial. Por ello, quizás este pequeño trabajo sirva para demostrar que, como investigadores, no debemos limitarnos a confiar en lo que traen las ediciones y estudios modernos, sino que debemos cuestionar dichas ediciones y estudios mediante la (re)confrontación tanto de los manuscritos, para descubrir problemáticas textuales que no están reflejadas en los aparatos críticos, como de los comentarios y ediciones históricos, que más de una vez arrojan luz donde las ediciones modernas están en sombras. Tal fue el caso del epigrama que estudiamos hoy.
Links de acceso a los manuscritos citados (Fecha de último acceso: 21 de diciembre de 2021)
Bibliografía:
[1] Para una descripción pormenorizada de la tradición de Marcial y sus tres familias, cfr. Reynolds (1983:239ss). Para la designación de los manuscritos considerados en este trabajo, se utilizó la nomenclatura usual en las ediciones críticas de Marcial, con la única excepción de los manuscritos ƒ, y, v, y s, que no han sido considerados por ninguna de dichas ediciones. En el caso de ƒ, lo que ocurre es que la F y la f ya están empleadas para designar a otros manuscritos de Marcial provenientes de la misma biblioteca: el Pluteus 35.38 y el Pluteus 35.39, respectivamente; por tal razón, me vi obligado a emplear, para evitar confusiones, el signo musical de forte para designar al Pluteus 35.37. En el caso del Vaticanus Latinus 5858, la V ya se usa para designar a otro manuscrito de la misma biblioteca, el Vat. Lat. 3294; por ello, decidí designarlo mediante la v. En cuanto al Manuscrito 10098 de la Biblioteca Nacional de España, decidí darle la s. Por último, en el caso del Mediolanensis Ambrosianus C 67 sup., decidí denominarlo con ya raíz de que otro manuscrito de la misma biblioteca, el Mediolanensis Ambrosianus H 39 sup., está designado con la Y.
[2] De nuestra muestra, T, X y V son manuscritos importantes para la constitución del texto. Los demás, son claramente recentiores (aunque ésa es la característica principal de la familia B, cuyos testigos, con la honrosa excepción del manuscrito L, son todos del siglo XV). El examen de s demuestra que no aporta nada que pueda contribuir al establecimiento del texto, por lo que es un codex eliminandus (cfr. Maas, 1958:2); no obstante, tiene valor dado que demuestra que v y s descienden de un ancestro común distinto del exemplar del otro testigo de la familia B que consideramos aquí, ƒ.
[3] Además, esta lección se encuentra en un único códice que, además, es uno de los recentiores, lo cual demuestra no sólo que no necesariamente la lección más extendida es siempre la correcta sino también la veracidad del postulado de Pasquali (1988:41ss) acerca de que recentiores non deteriores.
[4] El perfecto latino, según Ernout (1914:302), se caracteriza por la presencia de un infijo –is– que precede inmediatamente a la desinencia personal; el grupo –sis– al que se refiere Ernout aquí surge de dicho infijo temporal al que se agrega la consonante –s– en la que culmina la raíz verbal y resulta ser, de ese modo, la consonante temática de dicha raíz. El perfecto latino, según Ernout (1914:302), se caracteriza por la presencia de un infijo –is– que precede inmediatamente a la desinencia personal; el grupo –sis– al que se refiere Ernout aquí surge de dicho infijo temporal al que se agrega la consonante –s– en la que culmina la raíz verbal y resulta ser, de ese modo, la consonante temática de dicha raíz.
[5] Recuérdese que dixisti ← *dic-s-isti (cfr. Ernout, 1914:303).
[6] “No disímil, aunque más púdica y acerca de los placeres de la mesa, esta expresión francesa: comer sus rentas, comer sus tierras, por epulando absumere [=dilapidar cenando lujosamente].” (Traducción propia).