Portada del sitio > Galletas informativas > Los duodecim scripta y la tabula: el backgammon romano
Lunes 2 de septiembre de 2019, por
El juego de los duodecim scripta (y de una versión posterior algo más avanzada, la tabula) es, de acuerdo con la abundantísima evidencia arqueológica que así lo demuestra, uno de los juegos de tablero romanos más populares y más extendidos; mucho más que los latrunculi o el merellus.
No están claros sus orígenes. Se ha postulado que los duodecim scripta derivarían del juego egipcio del senet, con el cual los romanos entraron en contacto luego de la conquista de Egipto. Esta hipótesis explicaría las enormes semejanzas que los duodecim scripta tienen con el backgammon, y se sustenta, además, en el hecho de que no existen en la literatura latina menciones explícitas de este juego hasta Ovidio, Ars amatoria (III, 355ss), texto que fue escrito luego de la conquista de Egipto. Sin embargo, las investigaciones recientes sobre el tema cuestionan este vínculo, dado que no hay muchos puntos en común entre el reglamento y el tablero del juego del senet y de los duodecim scripta. Por otra parte, la escasez de menciones explícitas a estos juegos en la literatura puede explicarse debido a la baja reputación social que tenían los duodecim scripta en Roma, dado que era un juego de apuestas. Por esta razón, los poetas prefirieron referirse a él con el más genérico nombre de alea o tesserae (es decir, simplemente “dados”).
Por tales razones, y teniendo en cuenta que el backgammon (cuyos orígenes tampoco están del todo claros y siguen siendo motivos de debate entre los especialistas) derivaría de un grupo de juegos de tablero que pueden rastrearse hasta la Mesopotamia del año 5000 AC, lo más razonable sería concluir que los duodecim scripta son la emergencia, en suelo romano, de esta familia de juegos de tablero.
Los duodecim scripta o la tabula requerían dos jugadores ubicados a ambos lados del tablero.
Las fichas que se empleaban para jugar eran redondas y se fabricaban con hueso, cortados en rodajas, que se teñían de distintos colores; generalmente, de blanco y negro, aunque también se han encontrado fichas rojas y amarillas. Algunas piezas tenían tallados diseños espiralados, o las iniciales del nombre de su dueño; esto hace suponer que las fichas debían de ser una posesión personal de cada jugador, el cual debía aportarlas consigo a una mesa de juego o un tablero improvisado para poder enfrentarse a un contrincante. Para que fuera posible dar inicio a un partido de duodecim scripta o tabula, cada jugador tenía que tener 15 fichas de color diferente a las de su adversario.
Los dados eran los comunes de seis caras, y se fabricaban también con hueso. Para jugar a los duodecim scripta, se necesitaban 2 dados (3, en el caso de la tabula).
El tablero de los duodecim scripta consistía en tres hileras de doce casillas cada una, divididas en dos grupos de seis; de esta organización en doce casilleros proviene el nombre de duodecim scripta que tiene el juego. Las casillas podían representarse mediante cuadros o puntos, pero se han encontrado muchos tableros en los cuales los casilleros están conformados mediante palabras de seis letras que van componiendo una frase inteligible.
En el juego de la tabula, por su parte, el tablero se organizaba en dos hileras de doce casilleros cada una:
Este diseño, sin embargo, no dejaba mucho lugar para que los jugadores pudieran colocar dos o más de sus fichas en un mismo casillero, por lo que estaban obligados a apilarlas en dicho caso. Esto producía incomodidades en el manejo de las fichas. Por tal razón, el tablero fue modificado en una versión posterior:
Como puede verse, este diseño del tablero de juego es muy similar al del tablero de backgammon.
El reglamento de los duodecim scripta y de la tabula ha sido reconstruido exitosamente y de forma completa por Becq de Fouquières (1869:357-83), a partir de un epigrama incluido en la Anthologia Palatina (concretamente, el IX 482), en el que su autor, Agatías, describe un partido completo de tabula durante el cual el emperador bizantino Zenón tuvo una tirada de dados especialmente funesta. La descripción de Agatías es tan detallada, que le permitió a Becq de Fouquières reconstruir el reglamento de nuestro juego. Investigadores posteriores (Austin, 1934 y 1935; Schädler, 1995) han coincidido con la reconstrucción de Becq de Fouquières.
El objetivo del juego, tanto en el caso de los duodecim scripta como en el caso de la tabula, es llevar las fichas propias desde la zona inicial (casillas I a VI) hasta la final (casillas XXX a XXXVI en los duodecim scripta; casillas XIX a XXIV en la tabula), y luego retirar las fichas del tablero. Gana el jugador que logra hacer esto último antes que su adversario.
Al comenzar el juego, el tablero se encuentra vacío. Los jugadores deben introducir sus fichas en el tablero, antes de poder moverlas.
El dado puede emplearse para mover una ficha (por la cantidad de casillas que indique el dado), para introducir una ficha en la zona inicial del tablero (ubicándola en la casilla cuyo número coincida con el que muestra el dado) o para retirar una ficha propia del tablero si ésta se encuentra en la zona final.
Para que una ficha pueda introducirse en el tablero o pueda moverse, el casillero de destino no puede tener dos o más fichas del contrincante; si esto ocurre, el casillero no puede usarse y la ficha no podrá moverse o introducirse allí. Si ninguna de las fichas de un jugador puede moverse mediante ninguno de los tres dados, ese jugador pierde el turno.
Si el casillero de destino de una movida o una introducción está ocupado por una única ficha del adversario, el jugador puede ocupar dicha casilla capturando la ficha del contrincante, la cual sale del juego y debe ser reintroducida para reiniciar su viaje por el tablero.
Por este motivo, la estrategia principal del juego consiste en bloquear el avance del contrincante y capturar sus fichas y, al mismo tiempo, evitar que el contrincante haga lo mismo con nuestras fichas. Por esta razón, se vuelve importante el evitar que las fichas propias queden solitarias en un casillero, y favorecer que queden dos o más fichas propias en un mismo casillero, dado que esto, al mismo tiempo, evita que nuestro adversario capture nuestras piezas y dificulta su movimiento por el tablero.
Como puede verse, los duodecim scripta y la tabula son sumamente similares al backgammon, tanto en su objetivo como en su reglamento y dinámica general. No obstante, tienen algunas diferencias:
• En el backgammon, al inicio de la partida las fichas de los jugadores se encuentran dispuestas en diversos casilleros a lo largo del tablero. En los duodecim scripta y la tabula, al comienzo del juego el tablero está vacío.
• En el backgammon, obtener un doble número en una tirada de dados le permite al jugador mover 4 veces. En los duodecim scripta y la tabula, esto no ocurre, y cada dado permite ejecutar una única acción.
• En los duodecim scripta y la tabula, un jugador no puede mover sus fichas a la segunda mitad del tablero (casillas XIX a XXXVI en los duodecim scripta, casillas XIII-XXIV en la tabula) hasta que no haya ingresado todas sus fichas al tablero.
• En el backgammon, los jugadores comienzan y terminan su recorrido en lugares diferentes. En los duodecim scripta y la tabula, ambos jugadores ingresan sus fichas en las mismas casillas, efectúan el recorrido por el tablero en la misma dirección, y finalizan el juego en la misma zona del tablero.
Prof. Lic. Ezequiel Ferriol
Instituto de Filología Clásica
Universidad de Buenos Aires